Miércoles Mudo: Este fin de semana nos vamos a Londres

El chupete, ¿cuándo retirarlo?

Es curioso cómo desde que nacen los niños se hacen o no con ese pequeño milagro para muchos padres que es el chupete.
Cuando Mencía nació no quería ver el chupete ni en pintura. Por mucho que lo intentaba no había manera de que lo quisiera, pero la pediatra me aconsejaba que lo siguiese intentando que más adelante lo agradecería y así lo hice.
A los tres meses Mencía ya se había hecho a la perfección con el y, tal como me había dicho la pediatra, a la peque le calmaba un montón. Además, era muy gracioso ver cómo se ponía (y se sigue poniendo) el chupete al revés y eso no le creaba ningún problema. Es más, yo creo que siempre le ha gustado más llevar el "chupe" al contrario que en su postura normal.
Cuando me incorporé a trabajar tras la baja maternal pasamos a Men del Moisés a la cuna y después de unos cuantos días revoltosa para dormir decidimos darle más de un chupete para que cuando se despertarse siempre tuviese uno a mano. Con este invento casero y el método "Duérmete Niño" del para mi Santo Dr. Estivil, Mencía ha estado durmiendo como una bendita.
En las dos últimas revisiones con la pediatra, me ha insistido en que tengo que retirarle los chupetes. Es cierto que ya sólo los usa para dormir en casa, en la "guarde" ni siquiera se lo ponen para la siesta, pero en casa aún los mantenemos para momentos y circunstancias especiales: los viajes, para que se porte bien en Misa o cuando está muy tontorrona.
Desde que la pediatra me dio esa indicación, todas las noches me pregunto cómo llevar a cabo la retirada de los chupetes, de uno en uno o todos del tirón, porque la verdad es que me da mucha pena ya que la pobre sólo tiene 21 meses. ¿Qué hago?

Viajar con un bebé, menuda locura

El título del post creo que ya lo dice todo. Este fin de semana viajamos para ver a la familia y anoche tuvimos que preparar todo el equipaje. Como siempre fue una carrera, ya que hay que dejarlo todo fuera de la habitación de la peque antes de acostarla para no molestarla demasiado, vamos que me tuve que dar una paliza de madre y muy señor mío. 
Salimos dos días de Madrid y parece que vayamos a la guerra. Aquí va la lista:
- un par de modelitos para el sábado y el domingo; hay que ser precavidos porque cabe la posibilidad de que se moje, vomite, se manche, se haga un roto en el leotardo.... 
- dos pijamas, uno de ellos también de repuesto
- pijama manta: no hay más remedio que llevarlo, Mencía no es amiga de taparse por las noches
- toalla
- zapatillas, corre que se las pela por los pasillos en pijama y así evitamos los patinazos
- neceser de viaje: colonia, cepillo, saca mocos, suero, gel, champú, crema para la cara, crema para el cuerpo, gomas de pelo, horquillas (menos mal que es de viaje)
- Abrigo de paño, guantes, gorro y bufanda (vamos a Yecla y hace un frío espantoso)
- Pañales para todo el finde
- Toallitas para un regimiento (ya os he dicho que vamos a comprar acciones de alguna marca)
- Vaso de tres boquetes para desayunar (ya os he hablado de nuestras batallas)
- Plato con ventosa (idem)
- Dalsy, apiretal y jeringa (nunca se sabe)
- Cuna de viaje
- Silla de paseo
- Saco de la silla de paseo
- Algún que otro juguetito para entretenerla
- Potitos, leches y meriendas, aunque tendremos que comprar alguno más en la farmacia de mi cuñado porque ya no nos caben más cosas
A todo esto tenemos que sumarle nuestro equipaje, que intentamos resolver en un trolley tamaño pequeño muy pero que muy apretado para entrar en nuestro estupendo Megane.

El resultado siempre termina siendo siempre el mismo: maletero hasta arriba y sin bandeja y sillón de atrás lleno de cosas. 
Y eso que nos hemos ido un viernes por la tarde para volver el domingo a medio día, no quiero pensar cuando nos vayamos en Navidad