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jueves, 4 de abril de 2013

Mamá vuelve al trabajo

Como much@s habéis podido comprobar he estado ausente casi dos semanas, el motivo es que me tuvieron que realizar una pequeña intervención en la mano derecha que me ha dejado "manca" durante 10 días
Al fin me han quitado el aparatoso vendaje y he recuperado mi vida. Mañana ya me incorporo al trabajo y hoy he querido retomar el blog que tenía abandonado.
Es impresionante todas las cosas que he dejado de hacer durante todos estos días, cosas más trabajosas y otras no tanto. 
- Cambiar pañales.
- Vestir a la peque.
- Baño de mi niña.
- Darle de comer a Men: era un infierno hacerlo con la izquierda, la última vez que lo intenté (el sábado) el yogurt terminó volando por los aires
- Ducharme de una forma civilizada (una bolsa de basura en la mano no es muy cómoda para jabonarse o lavarse el pelo, la verdad).
- Utilizar el ordenador.
- Mantener la fan page de La Mami en Apuros de Facebook
- Escribir por whatsapp (he intentado hacerlo lo menos posible, con la izquierda era un infierno).
- Utilizar el cuchillo para comer.
- Tardar menos de 5 minutos en ponerme los calcetines. 
- Y otras mil tonterías más.
Gracias a  Dios, ya casi estoy al 100%, la semana que viene me quitan los puntos, pero ya puedo recuperar la normalidad.
No sabéis la cantidad de post que tengo pendientes....
Gracias por vuestro apoyo!

domingo, 17 de febrero de 2013

La comida: nueva batalla perdida

Esta es Mencía en su máximo apogeo frente a la comida
Ya os he contado en infinidad de ocasiones durante esta corta experiencia como mamá bloguera que darle de comer a Mencía es lo que más nos cuesta a sus papás.
Lo hemos intentado prácticamente todo, desde cantarle, jugar con ella, hacer malabares, ver dibujitos en la tele, en el móvil, en el ipad, dejarla sola ante el plato, dejarla sin comer, cambiarle la trona, darle libros... pero tengo que confesaros que todo, absolutamente todo, no ha servido para nada
Hace unas semanas comenzamos con el método "A Comer" del Doctor Estivill. Yo había puesto muchísimas esperanzas en él, ya que, aunque sé que tiene muchísimos detractores, su método para enseñar a la niña a dormir con nosotros funcionó a la perfección en sólo dos días y ahora Mencía duerme como una auténtica bendita (hoy por ejemplo se ha despertado a las 9.45, ha dormido la siesta de 13.45 a 16.30 y a las 20.20 estaba KO), por lo que las expectativas que había puesto sobre su método para enseñarle a comer eran "demasiado" altas. Los primeros días no hizo ningún efecto conmigo, aunque en la guarde y con la chica volvió a la "relativa" normalidad, pero ha sido inútil con su padre y su madre.
Tengo que confesaros que este fin de semana ha sido prácticamente imposible darle de comer. Tampoco hemos aplicado el método, la verdad, pero es que la única forma con la que conseguimos que tome una cucharada es haciendo verdaderos esfuerzos por conseguir distraerla y, sobre todo, mantenerle las manos ocupadas, porque si no la cuchara termina en la otra punta de la cocina.
Sé que este post suena a derrota, evidentemente estamos un poco desanimados con el tema, sobre todo porque vemos cómo se va quedando cada vez más delgadita, pero la realidad es que no podemos tirar la toalla: con 22 meses tenemos que enseñarle a comer sí o sí. En realidad, es un "post desahogo", porque algo tendremos que hacer.
Otro día, cuando el método nos funcione, porque vamos a volver a intentarlo, os lo contaré con detenimiento.

jueves, 24 de enero de 2013

¡Terror!: la profesora de Mencía quiere hablar conmigo

Un sentimiento de pánico me ha embargado esta tarde cuando al volver mi hija de la guardería la chica venía con el siguiente recado: la profesora de Mencía quería hablar conmigo urgentemente.
Como ya os he comentado en varias ocasiones, la reina de mi casa es una pedorra con las comidas y tanto con su padre como conmigo no hay manera de que quiera comer, tenemos que hacer encaje de bolillos todos los días para conseguir que coma como Dios manda, y a veces es imposible lograrlo.
Últimamente se está portando regular para comer también con la chica que la cuida. Pero aunque le cueste un poco más de lo normal, al final termina por comerse todo lo que ella le pone por delante.
Pues bien, desde la vuelta de las vacaciones de Navidad Mencía ha estado más revoltosa de lo habitual en la guarde: llora por todo desconsoladamente, chincha a sus compañeros y la comida se le "hace bola". Vamos que no come. Esta última semana volvía siempre con la misma historia: "No ha querido comer nada, sólo el yogur de postre".
Yo ya estaba con la mosca detrás de la oreja, pero cuando esta tarde la chica que cuida a la niña por las tardes ha dicho "La profesora de Mencía quiere hablar contigo" casi me da un "jamacuco". Rápidamente me he dado cuenta de que mis horarios son incompatibles con los de la profesora, así que he mandado a mi marido a la velocidad de la luz (es un decir) a la guardería para que hablara con ella a ver qué era lo que estaba pasando.
En ese momento me he sentido como mi madre cuando tenía que ir al colegio a recoger las notas de mis hermanos (conmigo no le pasaba porque yo era mejor estudiante) y salía temblando por el enorme número de "cates" que llevaba en su haber... Sé que es un poco exagerado, pero como últimamente está tan petarda allí y encima le ha dado por pegarse a ella misma (comprobado 100% que los mordiscos se los da sola), no sabía si podía estar pasando algo más con la niña, a parte de lo de la comida.
Finalmente y para mi tranquilidad lo único que ocurría es que como ha dejado de comer (ya no lo hace ni sola ni acompañada) la comida de mayores, habían vuelto a darle puré como a los más pequeños y querían saber si nos parecía bien la decisión que habían tomado. Por supuesto, mi marido le ha dicho que fenomenal, con lo delicada que es está esta niña con el peso como para que ahora no coma... pero lo cierto es que alguna solución vamos a tener que buscar para que esta niña vuelva a comer bien. ¿Se os ocurre algo? Ya hemos probado otras veces varias recomendaciones -ponerle dibujos animados en la tele, intentar jugar con ella mientras come, cambiar totalmente la escena habitual de las comidas (de cuarto, de trona, de vajilla...), dejarla sola, ponerle un plato con una ventosa debajo...- pero nada parece dar resultado o, si lo da, apenas dura unos días. Hemos acordado con la profesora volver a intentar que la niña coma sola también en casa todas las comidas, pero me da en la nariz que va a ser una batalla difícil. En fin, ya os iré contando.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Y hoy qué comemos?



Con 20 meses Mencía ya come de todo y tenemos que adecuar su dieta a la nuestra en la medida de lo posible.A diario tengo que “darle vueltas al tarro” para ver qué le doy de comer y la verdad es que al final no soy nada creativa. A esta situación hay que sumarle que hace tres semanas a mi marido le dijeron que es celiaco, lo cual ha supuesto una revolución en nuestra dieta.
Hoy he descubierto el planificador de comidas de Consum y la verdad es que creo que me acaba de resolver media vida, ya que permite “personalizar” el menú semanal en función de los siguientes parámetros:

  •  Número de comensales: indica las cantidades exactas que debes usar en las recetas según las personas para las que vayas a cocinar
  •  Estilo de vida: si vives en pareja, solo, gourmet o tienes hijos
  •   Tipo de dieta: vegetariana, ligera, rica en fibra o si te dejas aconsejar

Además, si necesitas una dieta especifica puedes indicarlo a través de un checkbox que ofrece las siguientes opciones: sin gluten, diabetes, hipertensión o baja en colesterol.
Otra de las cosas que más me ha gustado ha sido que una vez generado el menú semanal te hace la lista de la compra!!!!
Os dejo un pantallazo con el menú que propone para mi familia.

martes, 27 de noviembre de 2012

La comida: eso que a mi me gusta tanto y a ella nada



Desde que Mencía llegó al mundo ha sido un poco "petardilla" para comer. Primero, no sabía succionar y no había manera de que cogiese el biberón. Cuando comenzó a cogerlo se dormía, después le daba pereza y había que movérselo como si fuesen unas maracas para que comiese y a los cinco meses decidió que lo abandonaba para siempre y comenzamos con la cuchara (desayuno, comida, merienda y cena, todo un reto).

Los comienzos con la cuchara fueron como con todos los peques: una historia de baberos y miles de toallitas manchadas (vamos a comprar acciones de alguna marca porque el consumo es casi industrial en esta casa). Poco a poco fue acostumbrándose, hasta que le cogió tanto el gusto que decidió provocarse el vómito para volver a comer con la cuchara doble ración. Así hemos estado bastantes meses hasta que le dio por escupir y hacer pedorretas, toda una aventura... Un inciso: con la chica que la cuida ha comido siempre como una campeona, el problema somos los padres. Buaaaaaa buaaaaaa, buaaaaaa...
A la vuelta del verano comenzó la guardería: allí come divinamente, incluso ella solita, y con la chica que la cuida igual, todo como la seda. Pero con sus papis... NADA DE NADA, los fines de semana los pasamos prácticamente en blanco.
Como ya estaba un poco paranoica, esta mañana la hemos llevado a la pediatra y ha confirmado mis pensamientos: la muy lista lo hace para llamar nuestra atención y el tratamiento es ignorarla. Si hasta ahora nos pasábamos una hora, al menos, haciendo piruetas para que comiese con nosotros, a partir de mañana tenemos que pasar a la fase de la ignorancia. No sé cómo lo llevaré, la verdad, porque se me cae el alma a los pies cuando veo que no come.
Ya os iré contando...