miércoles, 9 de enero de 2013

Paso de la cuna a la cama

Antes de Navidad la pediatra de Mencía nos recomendó aprovechar la vuelta de las vacaciones y el comienzo de la rutina para pasar a la peque de la cuna a la cama.
Muchas han sido las críticas que he recibido desde entonces:
- Que si la niña es muy chica...
- Que me voy a arrepentir porque se me acabó la tranquilidad...
- Que le hago demasiado caso a la pediatra...
- Que casi no he usado la cuna...
- Que si la pediatra me dice que tire a la niña por un puente yo la tiro...
- Que soy una exagerada...
Total, que llevo todas las navidades discutiendo con toda la familia por querer sacar a Men de la cunita.
La realidad es que yo estaba y estoy encantada. Las dimensiones de mi casa no son demasiado grandes, más bien es, como yo digo, "una cajita de cerillas", por lo que yo estaba deseando quitar la cuna de mi vista para que la enana pudiese jugar libremente en su cuarto, y más después de la cantidad de juguetes que le han traído los Reyes Magos y que necesitaban un buen espacio en su habitación.
Aprovechando la estancia de Mencía con sus abuelitos maternos y tía María, mi marido y yo nos dedicamos a organizar todos los preparativos de la nueva habitación de la pequeña:
- Comprar la barandilla protectora para que no se cayese de la cama.
- Desmontar la cuna y subirla al trastero (la próxima vez que haya que montarla veremos si somos capaces, jeje).
- Guardar sabinitas, mantitas, edredón, chichoneras de la cuna, embalarlas y subirlas al trastero.
- Vaciar dos cajones de la cómoda para hacer hueco a los juguetes.
- Organizar el armario de Men para quitar del alcance de su mano todas aquellas cosas a las que puede llegar desde la cama.
- Comprar una funda de edredón para la nueva camita de Men que fuese a juego con las cortinas de la habitación.
- Buscar una estructura de cama para que tuviera cabecero y pie (esto no lo hemos conseguido por falta de presupuesto).

Hecho todo esto llegó el día, lunes 7 de enero, Mencía iba a dormir por primera vez en la cama
La verdad es que nos sorprendió gratamente que se quedó muy tranquilita después de rezar con ella y acostarla. Es más, cayó redonda como era lo habitual en la cuna. Tras unas horillas comenzó el baile. A pesar del ajetreo tengo que deciros que fue mucho más llevadero de lo que pensaba. A lo largo de la noche entré algunas veces a ver como estaba, al principio estaba KO pero a partir de la 01.00 de la mañana se despertaba de vez en cuando e iba cambiando de postura. Los momentos clave fueron:
- 02.30 de la mañana: comienzo a oír algunos ruidos extraños, entro en su habitación y me la encuentro saltando en la cama tratando de llegar a una Caja Registradora de juguete que le había regalado mi sobrina Rocío. En cuanto me vio, se tiró corriendo a la cama y se hizo la dormida.
- 5.30 de la mañana: me despierto sobresaltada porque oigo ruidos fuertes a través del intercomunicador, me levanto y cuando entro en su cuarto la veo bajándose de la cama tranquilamente. La volví a acostar y hasta el día siguiente.
Ayer, el segundo día de Men en la camita ni se inmutó, pasó toda la noche tranquilita y no hubo ni que entrar a verla. Resultado = FELICIDAD paternal.
Hoy es la tercera noche en la cama, por ahora estamos igual que ayer, espero no gafarlo y mañana tener que rectificar este post.

jueves, 3 de enero de 2013

Mi primera caja de Nonabox


Estas navidades he recibido mi primera caja de Nonabox y tengo que decir que me he llevado una grata sorpresa, ya que los productos que contiene tienen un valor económico mucho mayor que el de la suscripción, lo cual ya es un primer punto a favor.

La estupenda histeria que me caracteriza hace que sea incapaz de tener algo nuevo y no estrenarlo inmediatamente, y esta vez no iba a ser menos. Os describo todos los productos que venían en la caja y que, por supuesto, ya he usado:
- Cajita de bombones artesanos Delaviuda. Gracias a Dios que sólo venían cuatro, porque me los comí del tirón. Como mi marido es celiaco y Mencía muy pequeña, no me ha quedado otra... Por cierto, deliciosos.

- Cochecitos Andreu Toys. Dos cochecitos ideales, uno rosa y otro lila que han vuelto loca a Mencía desde el primer momento, aunque no sólo a ella, también algún amiguito ha disfrutado de ellos. Lo que más me ha gustado es que no son del típico material de plástico, son de goma y eso les hace rodar muchísimo mejor.

- Portachupetes Buh! Kids. Además de tener un diseño muy mono, siempre es de mucha utilidad, por lo menos en mi caso, ya que Mencía, con su genio que ya conocéis, cuando se "cabrea" lanza el chupete por los aires y en la mayoría de los casos no lo volvemos a encontrar.

- Patucos Normandie. Esta marca tiene cosas monísimas y tanto el diseño como el punto de hilo hacen que el patuco sea una preciosidad. Aún estoy dándole vueltas a si se los voy a poner a una de las muñecas que le hemos pedido a los Reyes Mayos para Mencía o si se lo voy a dar a Carlotita.

- Bolsita de la merienda Etic-Etac y Botellita Laken. Sin duda, lo que más me ha gustado. Ya os he comentado algunas veces que Mencía no toca un biberón desde los 5 meses, pero desde que le he dado la botellita a Men bebe muchísima más leche. El sistema es muy fácil de usar para ella y seguro para mí, ya que tiene un cierre hermético y mantiene la temperatura de la bebida que sea. Fenomenal. Llevo todas las navidades danzando con ella a todas partes y creo que me ha resuelto media vida. Siempre la llevo dentro de la bolsita de la merienda que es ideal y muy útil para los niños de estas edades.

- Cremita del pañal de Moltex. Siempre pensé que la crema del pañal era para recién nacidos y... ¡qué equivocada estaba!, por lo menos con mi hija, que tiene el culete más veces rojo que normal, por lo que la cremita me ha venido como anillo al dedo.

- Librito de Chicco. Estupendo para contarle un cuento a Men y hacerle entender que el chupete hay que ir abandonándolo (de eso trata el libro). Ya hemos conseguido que sólo lo use para dormir, pero poco a poco habrá que quitárselo.

Como veis, la cajita de Nonabox del mes de diciembre traía unos productos verdaderamente prácticos... ¡No me ha sobrado ninguno!

sábado, 29 de diciembre de 2012

Me saco un moco

"Me saco un moco, lo muevo poco a poco, lo redondeo, lo miro con deseo, y me lo como y cómo sabe a poco volvemos a empezar".
Esta canción se la vamos a tener que enseñar a Mencía ya mismo, porque se acaba de descubrir los boquetes de la nariz y no hay quien le saque los dedos de dentro de la nariz en todo el día. Y lo peor, es que cuanto más le riñes más lo hace.
Hemos intentado de todo para intentar quitarle esa fea costumbre: por las buenas, por las malas, ignorándole... Como esto se alargue mucho me veo teniendo que recurrir a la solución extrema que utilizó hace años la madre de una amiga con sus hermanos pequeños en una situación similar: llevarlos al médico para que les escayolasen las manos y así que no pudiesen meterse los dedos donde no debían y se desacostumbraran. Ya sé que os parecerá un poco exagerado, pero el resultado fue muy efectivo. Como no quiero llegar a ese extremo, ¿se os ocurren otras soluciones menos agresivas? Estaré encantada de que las compartáis conmigo. Gracias.

viernes, 28 de diciembre de 2012

No más: Mencía aprende a decir "se acabó"

Las vacaciones de Navidad de nuestra pequeña están dando para muchos post en este blog, aunque el padre y la niña apenas me dejan tiempo para escribirlos. Esto es peor que estar trabajando. Como sabéis Mencía es bastante parca en palabras: se comunica a base de gritos, golpes y algún que otro balbuceo. Esta semana, en medio de una nueva huelga de hambre por parte de la enana, nos sorprendió con una nueva expresión: ¡¡¡NO MÁS!!! Vamos, que se acabó, que cuando dice eso es que se ha cansado de comer, de jugar, de beber agua, estar sentada... Esta frase, para que quede más clara, suele venir acompañada de gestos muy elocuentes con la mano y la pronuncia en un tono bastante elevado para que no quepa ninguna duda. Así que ya veis, una vez más esta niña nos demuestra que tiene mucho carácter, algo que habrá que ir domando poco a poco. Y es que con Mencía han coincidido la época de las rabietas y la aparición estelar del genio de los Mendoza, o al menos eso dice mi marido. Seguiremos informando.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Las cuidadoras y los móviles


Hoy en día, las madres trabajadoras no podríamos (casi) sobrevivir sin dos ayudas fundamentales en nuestras vidas: las nuevas tecnologías y las chicas que cuidan de nuestros hijos cuando no podemos ir a recogerlos al colegio, llegar a casa para bañarlos o realizar cualquier otra tarea "de madre" por culpa del trabajo y/o nuestros queridos jefes (sobre todo, si son jefas). Como sé que entre ellas prefieren llamarse cuidadoras, y por si alguna termina leyendo este post por casualidad, a partir de ahora me referiré a ellas así.
Como iba diciendo, sin las cuidadoras de nuestros hijos, esos ángeles de la guarda que algunas tenemos el privilegio de disfrutar, la vida sería mucho más difícil. Y ya no digo nada si encima vienen equipadas con la última tecnología (las hay que, incluso, te enseñan orgullosas su flamante iPhone 5), lo que nos permite saber al segundo mediante sms o mensaje de whatsapp (con fotos, vídeos y lo que haga falta) si nuestros pequeños tienen fiebre, han comido bien o mal, están jugando en el parque, si han hecho caca (incluyendo detalles sobre su color, textura, etc...) y otra serie de pequeños detalles que nos hacen sobrellevar mejor la obligada distancia con nuestros hijos.
Sin embargo, como sucede con otras muchas cosas, las nuevas tecnologías las carga el diablo. ¿Quién de vosotras no tiene un grupo de whatsapp con sus amigas? ¿Y quién no se ha desfogado con ellas vía móvil cuando os han hecho alguna trastada en el trabajo y/o el jefe (o jefa) os ha soltado un marrón a última hora sin ningún miramiento? Pues nuestras cuidadoras también chatean entre sí. Y la curiosidad malsana nos llevaría a más de una a querer saber qué comentan o qué opinan de nosotras. Pues bien, no queráis saberlo. El otro día me llegó un mensaje "extraviado" de una conversación entre cuidadoras en el que una de ellas "rajaba" de su jefa (sabed que nos llaman así).  Tranquilas, no hablaban de mi, aunque al principio me llevé un susto morrocotudo. Aunque luego me surgió la duda de qué debía hacer con esa información que me había llegado pese a que yo no fuese su destinataria. Al final decidí dejarlo estar, pero la anécdota me sirvió para reflexionar sobre las ventajas y desventajas de una sociedad tan conectada como la nuestra y, qué queréis que os diga, a veces la ignorancia es sinónimo de felicidad. Hay cosas de las que es mejor no enterarse, ¿no os parece?