domingo, 24 de febrero de 2013

Los sustos que nos da la fiebre

Este fin de semana hemos vuelto a tener otro episodio febril importante. Esta niña cada vez que tiene fiebre bate récords.
Todo comenzó ayer por la mañana, Mencía amaneció bien temprano, a las 7.45 (cosa bastante rara en ella porque es muy dormilona) cuándo fuimos a sacarla de la cama tenía 37º y ya comenzaba a estar tontita. Para evitar que la cosa fuera a más decidimos que no la sacaríamos de casa en todo el día para evitar que cogiese frío, ya que también tenía una tos muy fea y con muchos mocos.
A la hora de comer  ya había ascendido a 38º, así que tras el chute correspondiente de apiretal a las 12.45 horas la metimos en la cama, despertó a las 16.45 horas (sí, cuatro horas de siesta ya os he dicho es que es muy dormilona) con 38º grados de nuevo, así que esta vez tocaba dalsy. Mejoró rápidamente y pasamos la tarde jugando con ella y pintando con las pinturas de dedos que aún no habíamos estrenado. Justo antes de la cena volvimos al termómetro y tachan... 39.2º. Con esto comenzó una noche de idas y venidas al cuarto de Men casi cada media hora, ya que al principio no conseguíamos que le bajase la fiebre, todo lo contrario, le subía.
La pobrecita mía se encontraba tan mal que apenas podía dormir y es tan sumamente buena que no soltó ni una lágrima en toda la noche, si no llega a ser por el baby call ni nos enteramos que no podía conciliar el sueño.
Esta mañana ha amanecido a las 10.00, no me extraña que haya sido tan tarde, después de la nochecita que ha pasado... Y otra vez con sorpresita, 39.5º así que hemos cogido los bártulos y nos hemos presentado en mi segunda casa, el Hospital Sanitas La Moraleja, que estaba como si allí regalaran algo. Madre mía que de niños en urgencias, casi todos como Men, con fiebrones y toses horribles.
Gracias a Dios estaban bien preparados y había cuatro pediatras de guardia, así que no hemos tenido que esperar mucho. 
Al final lo que Men tenía es un virus con apariencia de gripe que estaba dando fiebres muy altas, habían visto hasta niños con 40.5º, ¡qué barbaridad!, así que nos han mandado para casa con un mucolítico, dalsy y nototil cada tres horas, vamos chutazo a tope.
Al llegar a casa le hemos dado la comida, que milagrosamente se ha comido toda conmigo, y la hemos acostado, se ha pegado otra buena siestaza de tres horas y media,pero ha vuelto a despertarse con fiebre, 39,7º. En ese momento le hemos dado el norotil y después de una hora y media tirada en el sofá medio KO ha revivido y se ha puesto como una moto.
Son las 21.30 y está dormidita desde las 20.45 horas y sin fiebre, parece que el norotil ha sido lo más efectivo de todo. A ver cómo se presenta la noche, esperemos no llevarnos sustos otra vez de los de 39.

jueves, 21 de febrero de 2013

¿Cómo cambian los pañales en la guardería?

Cuando nació Mencía una de las pocas cosas que no me daban miedo era el cambio de pañal. Como muchos sabéis, Men es la nieta número 15 de mi familia, por lo que algún que otro pañal me había tocado cambiar en mi vida y enfrentarme a cambiárselo a mi hija no me preocupaba mucho (sólo me daba tirria lo de la pinza del ombligo).

El procedimiento para cambiar un pañal es bastante sencillo:
  • Tumbar al bebé bocarriba en una superficie estable.
  • Colocar toallitas del culete, cremita y pañal a mano del bebé para no tener que dejarlo sólo en ningún momento.
  • Desvestir al bebé desde la cintura hasta los pies o rodillas en función de la comodidad de cada uno.
  • Despegar el pañal, abrirlo y doblarlo hacia atrás.
  • Levantar las piernas del bebé hasta separarlo del pañal.
  • Coger la toallita y limpiar de adelante hacia atrás para evitar infecciones (repetir hasta que quede limpito).
  • Retirar el pañal con cuidado de no rozarle con él al bebé.
  • Colocar el pañal limpio.
  • Poner la crema del culete al bebé y cerrar el pañal.

Hasta aquí creo que no os he contado ninguna novedad, ¿verdad?. 
La cosa es que de un tiempo a esta parte hemos observado que cuando Mencía hace caca nos avisa y se pone a hacer gestos y movimientos extraños, medio agachándose.
Sí, ya sé que es bastante raro y no lo hemos entendido hasta que la chica que cuida de Men durante el día vio en la guarde que para cambiarles el pañal los hacen colocarse de una manera que parece que estén haciendo el pino puente.
Desde que lo hemos descubierto Mencía se ha dado cuenta de que al fin lo hemos comprendido y cuando se hace caca nos avisa (en su idioma), va al baño y se coloca en posición de puente para que la cambiemos.
Aún no he conseguido cogerle demasiado el truquillo, porque me resulta bastante inseguro. Sobre todo, porque parece que en cualquier momento un trocillo de la caquilla o el pañal completo se me vaya a caer encima.

miércoles, 20 de febrero de 2013

lunes, 18 de febrero de 2013

Vuelta al cole de papá

Como algunos sabéis el papá de Mencía ha estado muchos meses de baja por un tema de salud algo complejo, hoy, tras 317 días en casita, ha vuelto al cole.
Los sentimientos han sido como los de los niños después de tres meses de vacaciones de verano, nervios en toda la familia porque papá tenía que volver a trabajar.
Ayer quisimos pasar un día tranquilito para que hoy no estuviese demasiado cansado e intentar entretenerlo, pero la realidad es que a pesar de quererle mantener la mente ocupada con mil juegos con Mencía fue complicado quitarle ese hormigueo continuo.
La noche la ha pasado durmiendo poco pero como un lirón, más bien he sido yo la que no he pegado ojo, he de confesar que también he estado un pelín nerviosa y esta mañana nos hemos dado un buen madrugón para desayunar en familia y organizar todos sus bártulos.
Antes de salir de salir de casa ya teníamos organizado:
- Bolsa de deporte para la rehabilitación
- Bolsa con los tuppers de comida (como le detectaron la celiaquía a partir de ahora se tendrá que llevar el almuerzo): crema de calabaza, roti de ternera en salsa y yogurt.
- Papeleo de la baja
- Tarjeta de acceso a su trabajo....
Ya os digo, para mi ha sido como el primer día de guarde de Men. 
Yo he tenido y sigo tenido sentimientos un poco encontrados, por un lado estaba deseando que volviese a su rutina y a estar ocupado al 100%, pero por otro me da una pena horrible de que padre e hija ya no vayan a disfrutar de las tardes juntos, los dos lo van a notar muchísimo. Gracias a la baja, el papá de Men ha podido ver crecer a la niña durante la mitad de su corta vida. Va a ser una etapa dura para la peque pero seguro que ahora aprovechamos muchísimo más los momentos juntos.

domingo, 17 de febrero de 2013

La comida: nueva batalla perdida

Esta es Mencía en su máximo apogeo frente a la comida
Ya os he contado en infinidad de ocasiones durante esta corta experiencia como mamá bloguera que darle de comer a Mencía es lo que más nos cuesta a sus papás.
Lo hemos intentado prácticamente todo, desde cantarle, jugar con ella, hacer malabares, ver dibujitos en la tele, en el móvil, en el ipad, dejarla sola ante el plato, dejarla sin comer, cambiarle la trona, darle libros... pero tengo que confesaros que todo, absolutamente todo, no ha servido para nada
Hace unas semanas comenzamos con el método "A Comer" del Doctor Estivill. Yo había puesto muchísimas esperanzas en él, ya que, aunque sé que tiene muchísimos detractores, su método para enseñar a la niña a dormir con nosotros funcionó a la perfección en sólo dos días y ahora Mencía duerme como una auténtica bendita (hoy por ejemplo se ha despertado a las 9.45, ha dormido la siesta de 13.45 a 16.30 y a las 20.20 estaba KO), por lo que las expectativas que había puesto sobre su método para enseñarle a comer eran "demasiado" altas. Los primeros días no hizo ningún efecto conmigo, aunque en la guarde y con la chica volvió a la "relativa" normalidad, pero ha sido inútil con su padre y su madre.
Tengo que confesaros que este fin de semana ha sido prácticamente imposible darle de comer. Tampoco hemos aplicado el método, la verdad, pero es que la única forma con la que conseguimos que tome una cucharada es haciendo verdaderos esfuerzos por conseguir distraerla y, sobre todo, mantenerle las manos ocupadas, porque si no la cuchara termina en la otra punta de la cocina.
Sé que este post suena a derrota, evidentemente estamos un poco desanimados con el tema, sobre todo porque vemos cómo se va quedando cada vez más delgadita, pero la realidad es que no podemos tirar la toalla: con 22 meses tenemos que enseñarle a comer sí o sí. En realidad, es un "post desahogo", porque algo tendremos que hacer.
Otro día, cuando el método nos funcione, porque vamos a volver a intentarlo, os lo contaré con detenimiento.