miércoles, 29 de mayo de 2013

Miércoles Mudo: Recordando la Feria de Jerez


sábado, 25 de mayo de 2013

¡A mi niña le encantan los caballos!

K
Creo que ya os he contado en alguna ocasión que a Mencía le vuelven loca los animales. Y, sobre todo, los caballos. Desde bien pequeñita ha tenido predilección por las figuritas de animales. Se volvía loca cada vez que las veía en alguna tienda o descubría algún niño por la calle jugando con ellos... hasta que sus primos le regalaron unos cuantos "bichos" por Navidades. 
Inmediatamente se convirtieron en sus juguetes favoritos, por lo que poco a poco, con aportaciones de diferentes "benefactores", ha ido completando una buena colección de animales en miniatura. Tiene de toda clase: elefantes, cebras, leones... pero sus preferidos son los caballos. De hecho, al principio llamaba a todos los animales "caballo" y a día de hoy sigue siendo una de sus palabras favoritas. Bueno, esa y "pío, pío", que es como llama a los periquitos que le regalamos por su cumpleaños. Esa historia daría para otro post, pero basta con deciros que casi lo primero que hace por las mañanas y cada vez que entra en casa es buscar a sus pajaritos para decirles "hola". 
La relación de Mencía con los animales es curiosa, supongo que como la del resto de los niños, pero a mi me llama la atención porque es mi primera hija y, por tanto, descubro estas cosas a la vez que ella. Pues, como os decía, mi niña al principio mira con recelo a cualquier animal, luego se acerca paulatinamente y, finalmente, acaba por querer tocarlos. Así que ya os podéis imaginar la cara de susto que se le puso la primera vez que vio un caballo en vivo y en directo en una de las excursiones que hemos hecho este invierno con nuestros encantadores vecinos. Al principio no quería verlos ni en pintura, a diferencia del resto de niños (más mayores la mayoría) que venían con nosotros. La siguiente vez ya le gustaron algo más, aunque tuve que cogerla en brazos y tocar yo primero al caballo para que la niña le fuese perdiendo el miedo. Y lo hizo, ya que al final del día consintió que Juan, uno de los vecinos que la adora (ha "amenazado" varias veces con llevársela a vivir a su casa y eso que tiene tres niños y un cuarto en camino), la subiese encima de uno. 
Por eso, cuando entró en la Feria de Jerez y vio cientos de caballos andando sueltos, montados por jinetes y tirando de coches engalanados para la ocasión no cabía en sí de alegría. Enloqueció y sólo decía "caballo, caballo" y así se pasó un buen rato. Tanto que al día siguiente su abuelo, su padre y su prima la llevaron a la Feria del Caballo para que viese más animales. Y ella encantada claro. Es increíble cómo le gustan los caballos y el interés que le suscitan. Empiezo a pensar que debe ser herencia genética o algo así. Creo que hasta alguna vez ha soñado con ellos porque nada más levantarse ha dicho "caballo" (otros días dice "pintar" o "pete" si está buscando un chupete). En fin, que como siga así creo que a su padre no le va a quedar más remedio que ceder a mis deseos y apuntarla a clases de equitación, aunque para eso desgraciadamente aún quedan unos años...

miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Qué le pasa a mi hija?

Llevamos varios días notando que Mencía está un poco rara. Quiere más mimos de lo normal, está muy irascible, llorona y no quiere jugar con nada ni con nadie...
Lo único que le calma es ver su Tan Tan del alma (los dibujos de Little Einstein que le encantan), estar en brazos y que su mamá le de la manita.
La hemos revisado de arriba a abajo, termómetro, barriga, piojos, los dientes... y no hay manera, no hemos sido capaces de saber qué le pasaba a la peque.
Anoche, al ir a arroparla y darle un besito antes de acostarnos nos la encontramos despierta y hecha una bolita en la cama, la pobre no se quejaba pero quería que la abrazases, le pusimos el termómetro por enésima vez pero nada, 36,9 grados así que nos fuimos a dormir. Se ha despertado varias veces esta noche, pero lo máximo que hacía es ponerse a charlar un poco y dormirse enseguida.
Esta mañana se ha despertado súper tonta, no quería saber nada de su padre (al que por supuesto adora) y se quejaba por todo. Cuando he ido a verla le hecho un chequeo casero completo, hasta que se me ha ocurrido preguntarle ¿qué te duele Mencía? y me ha señalado el oído derecho diciendo: aquí.
Hemos repetido la maniobra varias veces, efectivamente a la pobre niña le dolía el oído, mañana la llevamos al pediatra y a ver qué nos dice.
Este post lo considero un poco surrealista, pero la situación me ha hecho pensar en cúanto nos complicamos a veces la vida sin darnos cuenta de que nuestros peques van creciendo y comienzan a mostrarnos sus pensamientos e ideas, ¿no os parece?

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Cómo tratar las rabietas?



Desde hace algunas semanas estamos viviendo en casa el “momento rabietas”, son típicas de esta edad, los dos años, y se pueden mantener hasta los dos años y medio o incluso hasta los tres.

Si alguno de vosotros piensa que vuestro hijo o hija se ha vuelto loco, “se le va la olla” o en momento entra en fase de histeria profunda os tengo que comunicar que han llegado las rabietas a vuestra vida. Se dan para expresar ira o enojo siempre que hay personas delante, cuando el niño está tranquilamente sólo haciendo algo no surgen .

Lo más importante para no acentuarlas es dejar que a los niños de les pase el berrinche sin hacerles caso, cuando veamos que se ha calmado debemos ir a darle cariño y explicarle cariñosamente que lo que quería hacer o pedía no podía ser en ese momento o incluso estaba mal, un truco para saber cuándo debemos ir puede ser contar hasta diez despacito.

Es muy complicado mantenerse al margen en estos momentos, a veces el cuerpo de los papás nos pide darle un achuchón al pobre hijo y en otros, regañarles porque no está haciendo lo correcto, pero de verdad, al menos yo lo tengo comprobado, lo mejor es dejarle unos segundos para que se calmen solitos.

No es necesario dejar al niño tirado en el suelo pataleando y marcharse a otra habitación, simplemente con que la mamá o el papá se den la vuelta y se pongan a hacer otra cosa basta. Lo que el niño tiene que entender es que con esas conductas no va a conseguir lo que quiere, eso sí, en cuanto recupere un poco la compostura hay que acercarse a él y mostrarle toda la ternura del mundo para que no se sienta abandonado.

Estos berrinches surgen porque aún son pequeños para expresar sentimientos de enojo o enfadados, a partir de los tres años debemos enseñarles a que nos indiquen cuándo y por qué están enfadados.

¿Qué trucos usáis vosotros para calmar las rabietas de vuestros hijos?